Amada cazuela de camote de Acción de Gracias con malvaviscos: ¿Por qué?
Muchas personas se enfurecen en las cenas de Acción de Gracias debido a la política amarga, la mala etiqueta navideña y la cazuela de camote con malvaviscos.
La cena de Acción de Gracias puede ser motivo de ira para muchas personas debido a amargas disputas políticas, mala etiqueta navideña y enemigos familiares. Para algunos, la ira la provoca cierto plato que muchos disfrutan durante la temporada navideña: cazuela de camote con malvaviscos. Algunos, incluido yo mismo, consideran que la creación de este plato es una abominación, y las razones de su atractivo siguen siendo un misterio.
La textura y el sabor de la cazuela de boniato con malvaviscos son especialmente desagradables. La combinación de batatas tibias y blandas y malvaviscos pegajosos se siente como una versión adulta de puré de comida para bebés. Las batatas caramelizadas quedan eclipsadas por la dulzura azucarada artificial de los malvaviscos, y algunos malvaviscos incluso saben a jabón, dependiendo de la gelatina utilizada.
El plato fue creado por primera vez a principios del siglo XX por una empresa llamada Angelus Marshmallows, y sigue siendo un plato por excelencia de Acción de Gracias que las masas comen anualmente. La compañía buscó alentar a más estadounidenses a disfrutar de los malvaviscos a diario y se acercó al fundador de una escuela de cocina para que le ayudara a formular recetas que incluyeran los malvaviscos como un ingrediente cotidiano.
Hoy en día, los fanáticos del plato comparten sus recetas favoritas en Reddit, y muchos elogian la delicia de la cazuela. Sin embargo, mis opiniones sobre la cazuela de batata y malvaviscos parecen ser minoritarias, ya que muchas personas coinciden en que el plato es más delicioso que repugnante. Desafortunadamente, mi odio por este plato no se basa en hipótesis, ya que lo he probado muchas veces mientras crecía.
Como era de esperar, no comeré cazuela de camote cubierta con malvaviscos este Día de Acción de Gracias. Mis opiniones sobre el plato son bastante inamovibles y no estoy dispuesto a cambiarlas pronto. Las batatas y los malvaviscos deben existir como entidades separadas y no quiero que se sirvan juntos como guarnición, plato principal o postre. En mis libros, no hay un final feliz para la batata y el malvavisco porque no los quiero juntos nunca.
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