Posdata Oración de Acción de Gracias
La mitología del Día de Acción de Gracias puede ser sospechosa, pero el sentimiento de gratitud es innegable. Una historia nostálgica y conmovedora.
El Día de Acción de Gracias siempre ha sido un día festivo que me resulta a la vez desconcertante y animado. Los orígenes de la festividad son dudosos y las tradiciones que se han desarrollado a lo largo de los años pueden ser groseras en ocasiones. Recuerdo los disfraces de indios americanos hechos en cartulina y la feliz historia que aprendí cuando era niño sobre el primer Día de Acción de Gracias, y me da vergüenza. Además, la idea de que la gente pierda su comida navideña para trabajar en puestos minoristas, donde los clientes se pisotean entre sí en la entrada para comprar cosas, es algo que simplemente no puedo comprender. Nunca en mi vida había tenido tanta prisa por comprar algo.
A pesar de estas reservas, no puedo evitar que me guste el Día de Acción de Gracias porque es un día dedicado a sentirnos agradecidos. Mis primeros días de Acción de Gracias los pasé en la granja de mi madre y recuerdo el momento en que fue el Día de Acción de Gracias. Estaba en silencio, después de que toda la comida había sido amontonada sobre la gran mesa del comedor y todos se habían quedado en silencio. Luego cantábamos la bendición y era un momento hermoso. Fue una oración sencilla, pidiendo que la presencia de Dios estuviera con nosotros y en todas partes fuera bienvenida, y que toda la abundancia fuera bendecida.
Después de la oración, comíamos. Había más gente que sillas y la mesa estaría llena de pasteles y café suave. Fue una ocasión sencilla pero alegre, y aunque estoy lejos de mi familia y de la granja, hoy voy a cantar. El Día de Acción de Gracias es un momento para sentirnos agradecidos y, a pesar de sus orígenes desconcertantes y sus bulliciosas tradiciones, no puedo evitar apreciar el sentimiento detrás de esta festividad.
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