Tradición Ejército Armada Juego deportividad unidad
Los estudiantes de West Point y de la Academia Naval cantan alma mater en el juego entre el Ejército y la Marina, representando los valores estadounidenses. El futuro del país depende de ello.
Este sábado, en el estadio Gillette de Foxborough, Massachusetts, el partido anual de fútbol entre el ejército y la marina mostrará uno de los momentos más emblemáticos del deporte estadounidense. Los jugadores y animadoras de ambos equipos se reunirán para cantar el alma mater de cada academia, sin importar quién gane o pierda. Esta tradición dice mucho sobre el honor, la tradición, la compasión, el civismo y la unidad: valores que unen a quienes compiten y a quienes los apoyan.
Estos hombres y mujeres jóvenes, que pronto serán nombrados oficiales del Ejército, la Armada y la Infantería de Marina de los EE. UU., encarnan estos valores. Estarán respaldados por los valores que se agudizaron en los pasillos, aulas, plazas de armas y campos de juego de West Point y Annapolis.
Pero ¿qué pasa con el resto de nosotros que no usamos el uniforme? ¿Son relevantes para nosotros valores como el coraje, la integridad, el compromiso, el sacrificio, la ciudadanía y el patriotismo? En un mundo lleno de confusión, parece como si estos valores cívicos tradicionales hubieran sido reemplazados por discusiones interminables y una falta de civismo en nuestras interacciones.
Afortunadamente, muchos estadounidenses reconocen que no es así como se supone que debe ser. Una encuesta reciente encontró que la mayoría de los encuestados cree que la sociedad no está enfatizando lo suficiente los valores. Los valores y el carácter sólidos son importantes para todos los estadounidenses, y la sociedad sería un lugar mejor si poseyéramos valores más sólidos.
Nos recordó la importancia de estos valores cuando la capitana del ejército y boina verde Paris Davis mostró valentía y civismo ante el peligro en Vietnam. Su historia sirve como ejemplo de la vida real de lo que sucede cuando estos valores se ponen en práctica. La mayoría de nosotros nunca nos enfrentaremos a momentos de vida o muerte como los de Davis, pero todos los días tenemos opciones que definen quiénes somos.
Al enseñar la importancia y el significado de estos valores fundamentales y brindar ejemplos de la vida real de cómo se pueden vivir, podemos marcar una diferencia positiva en las vidas de nuestras familias, comunidades y nación. Esto requiere compromiso y sentido de audacia, las mismas cualidades que los jóvenes hombres y mujeres de las academias de servicio mostrarán el sábado y más allá.
Hay mucho en juego y el momento no podría ser más crítico. Trabajemos juntos para defender estos valores y garantizar un futuro mejor para nuestro país.
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