El papa Francisco pide el fin de la gestación subrogada y destaca la preocupación por la explotación
El papa Francisco denuncia la gestación subrogada como "deplorable" y pide una prohibición global, haciendo hincapié en las preocupaciones sobre la explotación y la mercantilización. Las regulaciones éticas son cruciales.
El Papa Francisco pronunció el lunes un poderoso discurso en la Ciudad del Vaticano, en el que pidió fervientemente una prohibición total de la práctica de la maternidad subrogada. Condenó la maternidad subrogada como "deplorable" y expresó su profunda desaprobación de la práctica, subrayando que atenta contra la dignidad tanto de las mujeres como de los niños. El pontífice afirmó firmemente que los niños deben ser vistos como regalos y no como productos de transacciones comerciales y expresó su esperanza de que se realicen esfuerzos globales para prohibir universalmente la práctica de la maternidad subrogada.
La Iglesia Católica se ha opuesto durante mucho tiempo a la subrogación y la fertilización in vitro, citando preocupaciones sobre la despersonalización de la concepción y la eliminación de embriones. Si bien la subrogación es ilegal en Italia y otros países, el Reino Unido la ha legalizado con restricciones y Estados Unidos tiene diferentes leyes sobre subrogación en todos los estados.
La subrogación permite a las personas y a las parejas del mismo sexo que enfrentan desafíos de fertilidad lograr la paternidad, pero persisten preocupaciones éticas sobre la explotación. El Papa Francisco ha enfrentado críticas por su enfoque progresista de los temas contemporáneos, como ofrecer la comunión a los católicos divorciados y vueltos a casar, su postura inclusiva hacia las personas LGBTQ y su énfasis en abordar asuntos relacionados con la migración y la crisis climática.
En un cambio notable, el Papa Francisco recientemente permitió que sacerdotes católicos bendijeran a parejas del mismo sexo fuera de los rituales formales de la Iglesia. Sin embargo, mantiene una postura acérrima contra el aborto y la gestación subrogada, describiendo la gestación subrogada como una "práctica inhumana y cada vez más extendida del 'útero alquilado'" debido a la explotación de las mujeres desfavorecidas y la mercantilización de los niños.
Durante su discurso, el Papa Francisco también expresó su profunda preocupación por la "cultura de la muerte" predominante en las regiones occidentales, donde los niños, los ancianos y los enfermos son descartados en nombre de una compasión injustificada.
La gestación subrogada es una práctica en la que una mujer gesta y da a luz a un niño en nombre de otra persona o pareja que no puede concebir o llevar un embarazo a término. El Papa Francisco se opone a la subrogación porque cree que socava la dignidad de las mujeres y los niños y enfatiza la explotación de mujeres vulnerables en situaciones precarias. Sostiene que los niños deberían ser vistos como regalos y no como mercancías y se opone a cualquier transacción comercial relacionada con el nacimiento de un niño.
La legalidad de la gestación subrogada varía en todo el mundo: algunos países la prohíben por completo y otros la legalizan con restricciones. Las preocupaciones éticas sobre la maternidad subrogada incluyen la posible explotación de las madres sustitutas y la mercantilización de los niños. Se necesitan regulaciones y salvaguardias para garantizar la práctica ética de la gestación subrogada.
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