Reseña de la película Beekeeper
Jason Statham interpreta a un mercenario retirado que se hace pasar por un apicultor que busca justicia en una película llena de acción llena de humor y emoción.
En el mundo de la apicultura la paz y la tranquilidad no siempre están garantizadas, especialmente para el personaje de Jason Statham, Adam Clay. Detrás de la fachada bañada en miel, Clay es un mercenario retirado de una agencia privada conocida como "Apicultores". Cuando un amigo cercano es víctima de una organización estafadora, Clay se ve obligado a dejar su retiro y tomar el asunto en sus propias manos, incluso si eso significa enfrentarse al presidente de los Estados Unidos.
La película está llena de acción y emoción, con Statham pronunciando líneas llenas de juegos de palabras con un dudoso acento estadounidense/británico. Las secuencias de lucha muestran las habilidades de Statham, pero algunas de las escenas de acción más amplias parecen descuidadas y descoordinadas, posiblemente debido a la edición.
El elenco en su conjunto da vida a la película, con Josh Hutcherson y Jeremy Irons agregando profundidad a la historia. Las escenas de estafa son viscosas y identificables, lo que crea un villano claro desde el principio. Sin embargo, la película se arrastra a veces, con una progresión lenta y personajes caricaturescos que dificultan la conexión con la historia.
A pesar del intento de humor y los clichés, la película lucha por generar un impacto significativo. La actuación de Statham es sólida, pero no suficiente para elevar la tontería general de la película.
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