Jason Carter habla sobre la fuerza de espíritu de Jimmy Carter

El expresidente Jimmy Carter ha desafiado las probabilidades en los cuidados paliativos durante un año, manteniéndose fiel a sus principios y luchando por el cambio.

El expresidente Jimmy Carter ha estado bajo cuidados paliativos durante un año y, sin embargo, el 39º presidente de los Estados Unidos sigue vivo. Pensamientos sobre esto de su nieto, Jason Carter:

Mi abuelo nació en 1924. No tenía agua corriente ni electricidad y creció arando campos detrás de una mula. Vivió para ver su vida y este mundo transformados de muchas maneras. Y a través de todos esos tiempos cambiantes, él realmente se ha aferrado a sus principios inmutables: fe; respeto por la dignidad humana; igualdad; derechos humanos; y el mandamiento de que, por encima de todo, ames a tu prójimo como a ti mismo.

Hace casi una década, tenía cinco tumores de melanoma en el cerebro y el hígado, y citamos la vieja canción gospel que dice que "se quedará en el campo de batalla". Y el tiene. Durante toda su vida, ha estado en el campo de batalla por la paz, los derechos humanos, la democracia y el alivio del sufrimiento humano, poniendo en acción su fe y su amor por los demás.

Ha vivido para ver al Centro Carter desplegar un ejército de trabajadores de la salud, de los derechos humanos y de la democracia que luchan contra las enfermedades, luchan por la paz y construyen esperanza. Después de 77 años de matrimonio, estuvo ahí para mi abuela hasta el final. Ha visto y sentido el derramamiento de amor de todo el mundo. El año pasado, recopilamos casi 20.000 deseos de cumpleaños de más de 100 países; y en la pequeña Plains, Georgia, eso le hizo llorar.

Ha visto que la misma tecnología que une al mundo también puede separarnos. Ha visto la democracia amenazada en casa y en el extranjero. Y vivió para ver al borde del abismo uno de los proyectos más importantes de su vida: la paz para Israel y Palestina. Mirando hacia atrás, sus esfuerzos en Camp David siguen siendo uno de los pocos fundamentos para la esperanza en ese conflicto largo e intratable.

Pero él ha permanecido en el campo de batalla. Después de un año en cuidados paliativos, diariamente, no tenemos expectativas para su cuerpo. Pero sabemos que su espíritu está más fuerte que nunca.

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