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Fenómenos naturales inusuales en Nueva York desataron teorías sobre eclipses raros, con rumores de que el sol no volverá a salir después del evento.

Hoy, Nueva York fue sacudida por un terremoto, seguido de un peculiar rayo que cayó sobre la Estatua de la Libertad, mientras el pueblo estadounidense espera ansiosamente un raro eclipse que no volverá a ocurrir en dos décadas.

El revuelo en las redes sociales ha sido intenso mientras la gente intenta conectar estos tres eventos naturales inusuales que ocurren simultáneamente. La anticipación por el raro eclipse, que será visible tanto en Estados Unidos como en México durante una hora y 40 minutos el próximo lunes, es palpable.

Los esfuerzos por vincular el terremoto, la caída del rayo y el próximo eclipse, que no se volverá a ver hasta 2044, han sido bastante notables. Se espera que Nueva York tenga una vista clara del eclipse el lunes y el mundo espera ansiosamente este evento histórico.

A pesar de los estudios y predicciones científicos, han surgido rumores que sugieren que es posible que el sol no vuelva a salir después del eclipse. Algunos incluso creen que estos desastres naturales son una señal del fin de los tiempos o un castigo divino por la participación de Estados Unidos en las guerras. Estas especulaciones han provocado debates y temores generalizados entre el público, añadiendo una capa adicional de incertidumbre a una serie de acontecimientos ya de por sí extraños.

En comparación con el eclipse de 2017, el próximo eclipse solar total de 2024 tendrá una trayectoria de totalidad mucho mayor, con 31,6 millones de personas viviendo en su trayectoria en comparación con los 12 millones de 2017. Además, el eclipse de 2024 pasará por un mayor número de ciudades. y zonas pobladas que el anterior.

Una fotografía reciente tomada durante las tormentas en el área de los tres estados capturó un momento impresionante cuando un rayo pareció caer sobre la antorcha de la Estatua de la Libertad el 3 de abril.

La icónica Lady Liberty, que simboliza la libertad y la justicia, no es ajena a los rayos y, según se informa, sufre múltiples impactos cada año debido a su altura y su revestimiento de cobre, que conduce la electricidad.

Originalmente terminada en 1886 con paneles de cobre brillante, el distintivo color azul verdoso de la Estatua de la Libertad se desarrolló con el tiempo a medida que el cobre se oxidaba.

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