El último cuarto de Anthony Edwards marca el tiempo de los Timberwolves en la serie de barridos de los Suns
Anthony Edwards lleva a los Timberwolves a su primera victoria en una serie de playoffs desde 2004, derrotando a los Suns en el Juego 4 con 40 puntos.
La atmósfera en los pasillos traseros del Footprint Center era eléctrica, con cánticos de "M-V-P" sonando alto y claro. Anthony Edwards, en medio del coro de apoyo de los fanáticos visitantes de los Timberwolves, disfrutó del brillo de la victoria después de la victoria de su equipo por 122-116 en el Juego 4 sobre los Suns, asegurando su primera victoria en una serie de playoffs desde 2004.
Mientras Edwards se dirigía al vestuario de los Wolves, fue recibido con felicitaciones y felicitaciones de sus compañeros de equipo y de su héroe de la infancia, Kevin Durant. Sentados uno al lado del otro para las obligaciones con los medios posteriores al juego, Edwards y Karl-Anthony Towns compartieron un momento de triunfo y camaradería, reflexionando sobre el éxito tan esperado y el viaje que los llevó hasta este punto.
La celebración en el vestuario fue de alegría y unidad, sin champán sino pasteles de mantequilla individuales y un gran cubo de helado. El número 12 en una pizarra significaba las victorias necesarias para asegurar un título, junto con una escoba mal dibujada que simbolizaba la barrida de sus oponentes de primera ronda. De cara a la siguiente ronda contra el ganador de la serie Nuggets-Lakers, los Wolves estaban preparados para otro desafío.
A pesar de una dura batalla con los Suns, los Wolves salieron victoriosos gracias a la actuación histórica de Edwards de 40 puntos, 31 de ellos en la segunda mitad. El juego agresivo de Edwards y sus tiros decisivos impulsaron al equipo a la victoria, y Towns también avanzó con 28 puntos y 10 rebotes. La química y la resistencia del dúo fueron factores clave para superar un comienzo frío y una feroz competencia de los Suns.
Mientras el equipo saboreaba su reñida victoria, el entrenador Chris Finch celebró su primera victoria en la serie a pesar de sufrir una lesión sufrida durante el juego. Edwards, al reflexionar sobre la evolución de su relación con Finch, destacó la confianza y el crecimiento que los habían impulsado al éxito. El viaje de los Wolves hasta este momento estuvo marcado por la perseverancia, el trabajo en equipo y un compromiso compartido para alcanzar la grandeza.
De cara al próximo desafío, los Wolves estaban listos para enfrentar cualquier obstáculo que se les presentara, impulsados por la creencia en sus habilidades y el vínculo que los había llevado hasta aquí. Los ecos de la victoria resonaron en los pasillos del Footprint Center, un testimonio de la resistencia y determinación de un equipo que desafió las probabilidades y salió victorioso.
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